mayo 05, 2008

Crónica de Lisboa- Guillermo

Por su interés a continuación reproducimos la crónica de la participación de Guillermo en el Iron Man de Lisboa

" Empezaré la crónica del Ironman 70.3 de Lisboa del 26 de abril de 2008, 24 horas antes de que suene la bocina que da la salida.

Amanecimos en Lisboa un viernes de primavera, pero que podía ser perfectamente cualquier día del mes de julio. Qué calor, la madre que nos parió!!! Después de dasayunar en el hotel Holiday Inn de la Rua Laura Alves, salimos de paseo a ejercer como aténticos guiris. Tranvía, metros taxis, más taxis, un sol infernal y una temperatura que invitaba más a sentarse en una terracita a degustar una cerveja Sagres, que a continuar sudando la gota gorda en el tranvía.

Por fín la ansiada cerveja en la zona de las Docas. Allí comimos un arrocito con "baquellao", abundante agua, café y una agradable sobremesa a la que se fueron uniendo miembros del club. Un poco antes había llegado Alfonso desde Madrid, luciendo unos originales gemelos en sus puños.

Ya estábamos todos, o casi todos, porque en la cena todavía se unió más gente al grupo.

Una vez decidimos levantarnos de la mesa para ir al hotel a descansar, cogimos los respectivos taxis en dirección a la Rua Laura Alves. La verdad es que hubo poco descanso. Jordi, Toni y el que escribe decidimos bajar a dar una corta vuelta en bici, con el objetivo de probar que todo esté en orden y los cambios no hayan sufrido ningún desajuste que sería fatal en carrera.

Nos paramos a unos 50 metros del hotel a inflar ruedas y ajustar algún tornillo que parecía mal apretado. Comentamos con Jordi el cuidado que hay que poner para no pasar un tornillo de rosca cuando de repente... me cago en todo lo cagable!. Crec!!! se parte el tornillo de la pieza que regula la altura del sillín y lo fija a la tija. Siilín sin sujección alguna y resulta del todo imposible arreglarlo. El tornillo se queda perfectamente encajado en la rosca. Cabeza fría es lo necesito. Jordi propone que me apresure y coja un taxi para ir hasta la zona del triatlón dónde se ubica el mecánico oficial de la prueba. Entre que subo al hotel a por dinero, llego al mecánico, éte ya habrá cerrado el garito, seguro. Se me ocurre de todo y maldigo la puñetera vuelta en bici que ha servido para desanimarme del todo. Día feriado en Lisboa y todo está cerrado. Cual sargento de la marina, envío a Jordi a "apratullar" la ciudad con una llave allen en la mano, con la misión de coger prestada la pieza que necesito de cualquier bici que vea por la calle. Pobre!, hasta preguntó en un bar si la bici que había aparcada fuera era de alguien de los allí presentes, y vaya si lo era. Menos mal que lo preguntó, porque si no a estas horas todavía estaba declarando ante el juez. Después y por suerte para mi, se le ocurrió preguntar a un tio que por allí paseaba con su bici, si le vendía la pieza, pero ésta no era la que yo necesitaba. El paseante le explica a Jordi que hay una cadena de tendas de deporte que abre hasta las 11 de la noche y que a pesar de ser día feriado en Lisboa, están abiertas. Mientras tanto , yo en el hotel pregunto a todo quisqui en recepción por si hay algún trabajador del hotel que se desplace en bici. Todos me miran cara desconfiante, hasta que pasa por allí el jefe de mantenimiento del hotel y le entrego la pieza con el tornillo dentro para ver si lo puede sacar de alguna manera. No confío nada pero se ha de intentar.
Tomo un taxi acompañado de Toni. Creo que jamás había tomado tantos taxis en menos de 24 horas. Por favor, al centro comercial Colombo, en el barrio de Benfica. Ruta turística a las 9 de la noche por Lisboa en busca de la dichosa pieza. El taxista me enseña el hospital donde Eusebio fue operado del corazón. Vale y qué? me sabe mal por Eusebio, pero es que yo sólo quiero llegar cuanto antes al centro comercial y comprar la pieza. Aún no me creo que en Lisboa, un día festivo abra un centro comercial con tiendas de bicicletas. Voilá!! nos apeamos del taxi y ante nosotros un majestuoso centro comercial como no he visto ni en los USA. Acojonantemente grande. Buscamos el directorio de tiendas y allí está: Sport Zone. Una vez allí y para hacernos entender correctamente me dirijo al mecánico de la sección de ciclismo y le pregunto por la pieza. No tiene ni idea el tio. Pregunta a su compañero y tras él, tiene unas cuantas colgadas. Entro en el taller y empiezo a mirar. Cada una tiene una medida diferente, así que por el precio que tienen, cojo 3 para que no haya problema. Vuelvo al hotel, la monto en la bici y bingo, funciona perfectamente. Salvado por la campana. Ducha rápida y a cenar al restaurante del Parque Das Naçoes, centro neurálgico del tri lisboeta.
Cena muy agradable a la cual también se han unido Mildo y esposa y los padres del primero.
A dormir, que toca madrugón.

05 de la mañana, suena el despertador. Ducha rápida. Abro la puerta de la habitación para recoger el desayuno que habíamos acordado la noche antes y el pasillo está vacío. Ni desayuno ni restro de él. Empieza bien el día.
Me cuelgo la mochila, cojo la bici y bajo a recepción. Allí estaban los packs de desayuno. Total, que desayunamos como podemos en la recepción del hotel y vamos a tomar el tren que nos lleva ala zona del tri.
Allí nos plantamos con todos nuestros útiles de triatlón. Bicleta, casco gafas, traje de nepreno, cinta para el chip, gafas de natación, gorro de natación, zapatillas de bici, zapas de run, calcetines, vaselina, talco, barritas, geles,gorra... Cuelgo la bici en en mi percha. me ha tocado una cojonuda, situada en un extremo, así que tendré a la hinchada allí al lado en mis transiciones y localizaré rápidamente mi lugar.
Creo que soy el primero de los 600 triatletas en ponerse el traje de neopreno. Fotos con los animadores, con los miembros del CTCB, y a probar el agua meintras calentamos un poco. Está a 19 grados y la encuentro perfecta de temperatura. Los hay que dicen que está fría. Deben ser mariquillas, seguro.
Se retrasa la salida unos minutos. Sobre las 08:10 suena la bocina y aquello es la guerra. patadas, manotazos, alqún grito que doy y recibo, pero abro hueco y empiezo a coger un buen ritmo de natación, pasando todas las boyas muy por el interior. la segunda vuelta se me da mucho mejor que la primera, ya que nado más tranquilo sin recibir tantos golpes y sobre todo sin verme obligado a darlos. jeje. Salgo por la rampa y aquello parece la escalera mecánica de el Corte Ingles en plenas rebajas, Me da tiempo de mirar el crono y marca 29 minutos 05 segundos, mucho mejor tiempo del que podía creer. Rápida transición con Alfonso y Cami animándome sin parar.
Salgo apresurado con la bici, como si un tri sprint se tratara y doy inicio a la primera de las 4 vueltas de 22 km que componen el sector. Empezamos bien, a los pocos metros de abandonar la zona de transición un sonido extraño se apodera de mi montura. Menos mal, el envoltorio de una barrita energética se ha pegado a las zapatas de freno y roza contra la llanta. Paro, la saco como puedo y continúo mi recorrido. Van pasando los km's y de repente me llaman por mi nombre. Toni ya me ha dado caza, cosa totalmente previsible. va muy bien en bici. Vamos un rato charlando en paralelo, pero atentos al juez, que ya ha advertido a varios tios que querían pasarse de listos. Yo pienso ir a mi rollo porque no quiero un “stop and go” nada más empezar. Le digo que tire a su ritmo y así lo hace. Pasan los km's y me voy cruzando con Jordi en alguna de las vueltas. Qué raro!! pienso, solamente me ha adelantado Toni. Señal de que voy bien, y así me los van comentando Cami y Alfonso a cada vuelta. A todo esto me adelanta un ambulancia a todo trapo y cuando encaro la bajada de la tercera vuelta, la veo detenida en la cuneta. Pienso que debe ser alguien que ha sufrido una pájara o insolación y cuando acabamos la prueba me entero de que un amigo de Albert ha embestido por detrás a otra bici mientras iban acoplados a unos 40 o 45 km/h. La castaña tiene que haber sido bestial. Ya en el último giro me pasa Mildo y me curro con él unos 5 km's a muy buen ritmo, pero a falta solamente de 2 km's, dejo que se vaya porque quiero llegar con las piernas algo más frescas. Tramo adoquinado como no podía ser de otra forma en Lisboa. ha de ser durísimo correr una de esas clásicas belgas tipo la Paris Rubaix o similar. Nuestro equipo de féminas hacen acto de presencia. Las veo de lejos y las saludo. Beti dispara fotos enloquecida y Anna anima sin parar. Bajo de la bici, entro en boxes (si por mi fuera, hubiera entrado pedalenado en boxes, pero el reglamento no lo permite) y me paso de largo de mi percha para colgar la bici. Retrocedo y allí están todos animándome, dándome calor (más si cabe). Hago una transición bastante rápida. Cami me dice que aún llevo el casco puesto, Alfonso que me ponga las gafas de sol. Tranquilos, todo está estudiado y previamente visualizado infinidad de veces. Estos momentos y la entrada en meta los habré pensado y soñado millares de veces durante este invierno. Me coloco en cinturón con el dorsal, se me cae, no atino a abrocharlo bien. Lo consigo en el segundo intento. Meto un gel y una barrita en el bolsillo del maillot, me pongo mi flamante gorra nueva que compré en la cutre feria del triatleta y me dispongo a salir corriendo, no sin antes decirles a todos que ahora es cuando empieza el calvario de verdad. No sé si me oyeron, porque no paraban de dar ánimos.
Primeros metros de carrera a pie para coger un ritmillo que me permita acabar bien. La madre que me ... qué solana cae!!! Ni una sobra en la primera vuelta, lo que significa que no habrá sombra en los 21 km's. Guillermo, be patient! me digo, pero es algo me cuesta horrores. Mi cabeza me dice que corra más rápido, pero mis piernas no alargan la zancada, las rodillas no se levantan. Paro en cada avituallamiento a beber agua. Me queman las plantas de los pies. Ya no puedo permitirme beber más Gatorade. Tengo el estómago hecho polvo y me duele bastante hasta que tengo que parar en la segunda vuelta y andar un ratito de nada. Parece que se me pasa, pero en ese avituallamiento se han quedado sin agua y solo hay Gatorade. Cojo uno, esta vez me toca azul. Bien, el que me faltaba. En la bici los había tomado rojos, amarillos, naranjas, transparentes y por fín me toca el azul. No me extraña que lleve así el estómago ante tal mezcla cromática.
Me cruzo con Toni, nos animamos mutuamente, ahora pasa Mildo que me grita, venga Guillermo, luego vendrá Jordi. Viene andando y parece que se excuse cuando me ve. Me dice que tiene que andar un rato, que va muy castigado y le digo que ande lo que quiera, pero que acabe como sea. No me da la gana verle en la cuneta retirado, nos lo hemos currado bastante este invierno y lo hemos de conseguir a toda posta.A cada paso por meta me emociono más. Allí están todos y al pasar junto a ellos corro de forma más "chulita", pero lo que ellos no sabes, es que al girar la curva, bajo el ritmo, y paro a beber. Beti ha sufrido una transformación fantástica. Hasta perece que le guste esto del triatlón y el ambiente. Van saliendo los km's pero no al ritmo que me hubiera gustado. Desisto de ser sub 5 horas y ya solo me planteo acabar. El poco público que está fuera de la zona de meta anima sin parar a cada vuelta. Las mujeres del triatló Granollers me chocan la mano a cada paso, y eso me anima mucho. Me dirigí a ellas en catalán en el primer paso y así me las metí en el bolsillo. Beti me grita que sólo me queda una vuelta. Lo doy todo pero no sale nada. Mis piernas no tiran y vuelven a salir músculos que no tenía antes. Me repito una y mil veces que ya lo tengo y ese mensaje se oye entre todos los que nos vamos cruzando. Me atrevo a animar a los otros corredores aún cuando yo no puedo decir ni mú. Adelanto a uno y le digo, venga tío no pares ahora, y nada más pasarlo, al cabo de 5 metros me paro yo. Qué cosas más raras hago. Enfilo el último tramo de tablones, zig zag que molesta una barbaridad las piernas, enfilo la última recta con mejor ritmo para dejar atrás a mi inmediato perseguidor y salir yo solo en la foto de meta. Me subo la cremallera del mono, me coloco bien la gorra. Paso tras paso me acerco por el tramo más liso que hay al pie del lago, para evitar los adoquines de las narices. Aumento algo el ritmo, saludo a todos. Beti corre a mi lado. Bajo algo algo el ritmo a falta de 5 metros y entro en meta casi caminando, con los brazos en alto y gritando. Por una vez en mi vida exteriorizo mis sentimientos en una carrera y grito, levanto los brazos y vuelvo a gritar. Sin tiempo a nada me cuelgan la medalla. Aparecen esas clásicas arcadas post sprint, pero logro evitarlas ahte la mirada de Anna. No es plan ponerse a vomitar ahora. Me apoyo en valla que me separa de Beti y rompo a llorar como un niño. Son solo 5 segundos de sollozos, pero lo a gusto que me he quedado no me lo quita nadie. Me abrazo a Beti, besos, brazos, felcitaciones por todas partes. Se oye mi nombre por megafonía. Guillermooooo Tuniiiiiii. Llega Alfonso, más abrazos. Con Cami, más de lo mismo. Cami no para de decir que tiene mucha envidia. Joder, me sabe fatal por él. Qué tíos estos de Madrid, han venido solo a darnos apoyo. No me canso de darles las gracias, allí, por mail, en el blog, en esta crónica y dónde sea. Gracias!!!
Uffff!!! ya lo tengo, ya nadie me lo quitará, soy Finisher de un Ironman 70.3, con 5 horas y 16 minutos.


Una vez más gracias a todos los miembros del equipo, a sus familires y amigos que se han desplazado hasta Lisboa para competir y animar y también a aquellos que lo han hecho desde Barcelona.

Ya pensamos en el próximo objetivo. Aya se habla del mes de mayo en Calella. SI venías a Barcelona a correr, estaréis en vuestra casa.

9 comentarios:

Cami dijo...

Si es la primera vez que gritas al entrar a la meta y probablemente también la primera vez que lloras, ¿significa eso que esta es la prueba-reto más exigente a la que te has enfrentado? ¿es más o menos dura que un maratón?

Peregrino dijo...

pregunta trampa. o pregunta retórica. Como maratoniano, protesto

Mildolores dijo...

Yo me veo obligado a decir, puesto que en ambas sólo tengo una participación, que las dos son mágicas, únicas y épicas, pero el 70.3 es una prueba especial, no sé si más dura, pero la he dedicado más tiempo y me ha producido mas respeto. En noviembre atacaré mi segundo maratón y no quiero caer en el error de menospreciarlo.

Guillermo, gran crónica. Tanto el previo con el maldito tornillo, como con la carrera. Para las horas que son, tengo un sofoco que voy a caer rendido en la cama.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Puntualicemos:
tengo 3 maratones en mi haber los cuales me han dado grandes satisfacciones y que yo recuerde en todos me he emocionado al cuzar la meta, pero nunca tanto como en Lisboa. Hay que decir que en ninguno de los maratones he tenido una "torcida" como la que tuve en Lisboa y que Beti solo estuvo en Rotterdam y que no la ví en todo en recorrido.
He sufrido más en los maratones que en el 70.3, sin duda. También he tardado mucho más en recuperarme de los maratones que del tri 70.3, del que este fin de semana volvería a repetir.
Quizás las condiciones climatológicas que tuvimos en Lisboa hicieron que sufriera en la carrera a pie lo indecible y seguro que la proximidad del público de mis amigos y mujer hicieron aflorar todos los sentimientos de golpe.
Debo sumar una temporadita dura en el trabajo con cierto estrés generado por posibles cambios, de los que ya informaré a su debido tiempo.

Cami dijo...

Buena respuesta Guillermo. Carca lo que pretendia con la pregunta era resaltar la magia que destacan Guillermo y Mildo y al contrario de lo que pensabas, hacerte ver que a pesar de lo que pueda parecer yo también creo que es más duro el maratón, una prueba sola es más exigente porque te vacías más

Anónimo dijo...

así es. en la bicicleta tienes tiempo de recuperar comiendo, bebiendo, estirando... y no sé, no sé como expresarlo exactamente, pero el tri de larga distancia es como algo épico. es como una buena banda sonora de una película, que te emociona y hace sentir la pelicula al máximo, existe más contacto con los participantes, unos se animan a otros, todo queda más recogido.
es diferente, simplemente.
ya está saliendo publicado en todas las revistas la publicidad del 70.3 de Calella en mayo y del IronMan de Calella de octubre.
será un exitazo grande y el mismo 20 de mayo'08 hemos de formalizar inscripciones.

Cami dijo...

Muchas cosas te dieron tiempo en la bici...,
Bueno el 20 nos inscribimos todos sino queremos quedarnos fuera.
Ya anuncio en primicia, que Carcasona se está planteando muy seriamente participar...

Anónimo dijo...

si ya se ha enganchado sólo de verlo, imáginate cuando lo pruebe!!

isi juve dijo...

Felicidades Guillermo. Por el artículo y por el palizón padre. Yo también sé lo que es llegar a una meta despues de muchos quilometros y nadie que no lo haya experimentado sabe lo que és. Continua así y que no pare la máquina!!!!!!Isijet!!!!